viernes, 29 de octubre de 2010

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El Respeto es una de las bases sobre la cual se sustenta la ética y la moral en cualquier campo y en cualquier época. Tratar de explicar que es respeto, es por demás difícil, pero podemos ver donde se encuentra.
El respeto es aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender su forma de pensar aunque no sea igual que la nuestra, aunque según nosotros esta equivocado, pero quien puede asegurarlo por que para nosotros; esta bien los que están de acuerdo con nosotros, sino lo están; creemos que ellos están mal, en su forma de pensar, pero quien asegura que nosotros somos los portadores de la verdad, hay que aprender a Respetar y aceptar la forma de ser y pensar de los demás.
Pero no solo a las personas se les debe el respeto más profundo sino todo aquello que nos rodea, a las plantas y animales, a la pequeña hormiga y la gran ballena, a los ríos, lagos y mares. Todo como parte de la creación se lo merece.


TIPOS DE RESPETO

Respetar por temor:el más antiguo y tradicional. Somos niños o chicos y tememos al maestro, al padre, a la madre o al abusador en la escuela. Respetamos por MIEDO
Respetar por admiración: se da mucho en el mundo de los ídolos juveniles, estrellas de cine o deportivas…”quisiéramos ser como el o como ella”. Respeto por admiración
Respetar por conveniencia: nos conviene conseguir o mantener un trabajo, conseguir un negocio un crédito, una amistad. Hay cálculo y estrategia de lo que (yo) gano y lo que pierdo. Respeto por conveniencia
Respetar por amor. Además de admiración hay asombro, atracción, y un encanto que nos sobrecoge. Respetamos por amor.


CUENTO SOBRE EL RESPETO 


CACO MALAKO era ladrón de profesión. Robaba casi cualquier cosa, pero era tan habilidoso, que nunca lo habían pillado. Así que hacía una vida completamente normal, y pasaba por ser un respetable comerciante. Robara poco o robara mucho, CACO nunca se había preocupado demasiado por sus víctimas; pero todo eso cambió la noche que robaron en su casa.

Era lo último que habría esperado, pero cuando no encontró muchas de sus cosas, y vio todo revuelto, se puso verdaderamente furioso, y corrió todo indignado a contárselo a la policía. Y eso que era tan ladrón, que al entrar en la comisaría sintió una alergia tremenda, y picores por todo el cuerpo.
¡Ay! ¡Menuda rabia daba sentirse robado siendo él mismo el verdadero ladrón del barrio! CACO comenzó a sospechar de todo y de todos. ¿Sería Don TOMÁS, el panadero? ¿Cómo podría haberse enterado de que CACO le quitaba dos pasteles todos los domingos? ¿Y si fuera Doña EMILIA, que había descubierto que llevaba años robándose las flores de su ventana y ahora había decidido vengarse de CACO? Y así con todo el mundo, hasta tal punto que CACO veía un ladrón detrás de cada sonrisa y cada saludo.
Tras unos cuantos días en que apenas pudo dormir de tanta rabia, CACO comenzó a tranquilizarse y olvidar lo sucedido. Pero su calma no duró nada: la noche siguiente, volvieron a robarle mientras dormía.
Rojo de ira, volvió a hablar con la policía, y viendo su insistencia en atrapar al culpable, le propusieron instalar una cámara en su casa para pillar al ladrón con las manos en la masa. Era una cámara moderna que aún estaba en pruebas, capaz de activarse con los ruidos del ladrón, y seguirlo hasta su guarida.




Pasaron unas cuantas noches antes de que el ladrón volviera a actuar. Pero una mañana muy temprano el inspector llamó a CACO entusiasmado:
- ¡Venga corriendo a ver la cinta, señor CACO! ¡Hemos pillado al ladrón!
CACO saltó de la cama y salió volando hacia la comisaría. Nada más entrar, diez policías se le echaron encima y le pusieron las esposas, mientras el resto no paraba de reír alrededor de un televisor. En la imagen podía verse claramente a CACO MALAKO sonámbulo, robándose a sí mismo, y ocultando todas sus cosas en el mismo escondite en que había guardado cuanto había robado a sus demás vecinos durante años... casi tantos, como los que le tocaría pasar en la cárcel.